Soy Óscar y os quiero mostrar mis orígenes y los de mi familia en la Ribeira Sacra. Ubicados en la zona sur de Lugo, en esta región del sur lucence nos caracterizamos por nuestras laderas cubiertas de viñedos organizados en terrazas y profundos valles.

A finales del siglo XIX mis abuelos paternos construyeron esta vivienda familiar en la aldea de Santa Mariña do Monte en la que llegaron a vivir 7 personas. Una estirpe unida que ha luchado de forma incesante para sacar adelante a sus vástagos y un patrimonio.

Comúnmente conocida entre los vecinos como “Casa do Curuxo” su nombre ha perdurado a lo largo de los años y hoy nuestra Casa do Curuxo es una realidad. 100 años más tarde, la tarea de conservar el legado familiar ha recaído en mis manos; la historia de una casa familiar humilde y ligada al cultivo de la vid y producción de vino. Y es que mis abuelos comercializaban el vino que producían llevándolo todas las semanas hasta Monforte de Lemos para su venta.

Casa O Grilo es el resultado de la rehabilitación de la vivienda unifamiliar de piedra de 100 metros cuadrados rodeada de un terreno cuya superficie ronda los 700 metros cuadrados utilizado para agricultura. Dividida en 3 habitaciones dobles con climatización individual, cocina-salón y baño, esta casa única en la zona tiene piscina exterior, pozo, parrilla y jardín. Con un diseño moderno combinado con la piedra y vigas de madera vista propias de las casas de la época, la residencia cuenta con todas las comodidades para que los huéspedes descansen en un entorno natural y tranquilo.

Su ubicación le confiere un valor estratégico; a 3.5 km de Monforte capital de la Ribeira Sacra y a 18 del embarcadero de Doade desde donde podrá viajar en los catamaranes por los cañones del Sil, la amplitud de destinos a conocer a menos de media hora en coche, confieren un valor especial a este rincón de ensueño. Otro de los destinos de interés próximo son las bodegas milenarias de Vilachá; a tan solo 12 km de distancia podrás realizar un viaje en el tiempos. Estas bodegas, consideradas como unas de las más antiguas de la Península, tienen más de 1000 años aunque las edificaciones son los de los siglos XVI y XVII. Gestionadas por particulares, entre sus paredes de piedra guardan vinos elaborados con uva mayoritariamente garnacha.